Después de un largo silencio de miradas vacías hacia una piscina demasiado azul:
- Mañana es mi último dia. - Acertó a decir
- Lo sé. - Contesté, reprimiendo todas las palabras que tenía que decirle y que no salían
- No soy de los que se echa en falta.
Me miró de reojo, como si supiera exactamente lo que pensaba y no solté ni una palabra.
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