"-Total, a alguien tendrás que contarle, antes o después, la verdad. Lo dijo despacio, con fatiga, porque nunca había creído que la verdad sirviera para nada. "

martes, 5 de febrero de 2013

Felicidá

Imagino que yo no fui feliz. Pero tampoco pretendía serlo. Antes de saltar me detenía en el instante antes de alcanzar el vuelo. Creía que la condición de que aquellos seres que volaban no dejaba margen para escribir, que las palabras sólo rebosaban si estabas negro por dentro. Lo sigo creyendo.
Pero lo creo del modo en que los últimos dos meses (me atrevería a decir que tres) dónde ni siquiera yo sabía donde estaba, tampoco facilitó escribir. Ni fotografiar. Ni pintar. Realmente no facilitó nada. Y era consciente. Soy consciente. Así que creo en el punto intermedio.
Es cierto, no soy feliz. Pero tampoco pretendo serlo.
Y tampoco en el amor incondicional. Ese es de los perros. De los delfines. Y de los bonobos.



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