"-Total, a alguien tendrás que contarle, antes o después, la verdad. Lo dijo despacio, con fatiga, porque nunca había creído que la verdad sirviera para nada. "

jueves, 8 de diciembre de 2011

Dejé de confiar en ti cuando te necesité

Eras irremediablemente interesante, lo eras de verdad, leías, estudiabas, sabias lo que querías, tenías una opinión crítica y me encantaba.
Me encantaba charlar contigo.
Pero dejé de confiar en ti cuando te llamé, te insistí en que te quedaras conmigo, cuando mi neurósis no podía más, cuando la médica dijo aquello de la hipertrofia (cuando aquello implicaba quedarme sentada, no nadar más). Dejé de confiar en ti cuando todo el mundo me decía que yo no valía, que no entraría en lo que más deseaba en el mundo entero, cuando no estuviste ahí para decirme que todo era mentira.
Dejé de confiar en ti cuando me lo creí, cuando pensé que no era lo suficientemente buena para nada (ni para ti).
Dejé de confiar en ti cuando todo se desmoronaba, cuando los gritos, cuando me iba a ir y no volver nunca más.
Dejé de confiar en ti cuando no me esperabas, cuando al salir de entrenar ya te habias ido, cuando tenias cosas más importantes que hacer que esperar dos minutos más.
Dejé de confiar en ti cuando dejaste de ser mi amigo.
Te importa un carajo el resto del mundo, y en lo único que piensas es que vas a hacer este findesemana y si no tendrás un castigo para entonces, yo dejé de pensar en ello a los doce años.




Podría volver a confiar en ti, claro que podría. Pero a ti te daría igual. Y de verás me encantaría darte otra oportunidad, pero no valdría para nada. Realmente quieres esa oportunidad? Es tuya si tu la quieres, pero guardala bien, no sé cuantas más me quedan.

No hay comentarios: