"-Total, a alguien tendrás que contarle, antes o después, la verdad. Lo dijo despacio, con fatiga, porque nunca había creído que la verdad sirviera para nada. "

miércoles, 22 de febrero de 2012

Hablo de ti y de mi.

En realidad, es como yo.
Como yo cuando tenía quince años.
Le gusta ir al revés del mundo. Para cualquier cosa. Dime como lo hace el resto del mundo y yo lo haré exactamente al contrario. Yo lo hacía porque me gustaba tocar las narices. Por sentirme diferente. Por que odiaba las massas y que intentaran corromperme el cerebro.
Tiene el corazón intocable. Rojo. Y entero. Cree verdaderamente en la palabra "enamorados". Y no le asusta cualquier cosa que pueda llegar a sentir por grande que sea.

Yo ahora, sin embargo, hago lo que me da la gana. Puedo hacer exactamente lo contrario o hacer mi propia desviación utópica de cualquier cosa. Me sigue gustando tocar las narices. Pero ahora sé que soy diferente y no necesito ir (exactamente) a contracorriente. Decido y construyo mi camino piedra por piedra. Estoy en ello. Y acabo de empezar.
El otro dia exactamente.
Y a veces tropiezo con los caminos de los demás. Hago puentes y curvas. Y a veces una inmensa línea recta para echar a correr.
Me asusto. Con una facilidad abrumadora.
Decidí que aquello del corazón rojo no iba conmigo el mismo día que la conocí. Y lucho cada día por no atarme a nada. Creo que jamás podré enamorarme. Carezco de tal función. Y no me ha importado hasta ahora. Ahora que te conozco y veo tu rojo en el pecho y las ganas de salir huyendo que me entran siempre.


No hay comentarios: